Se considera que son los jóvenes quienes innovan, traen propuestas frescas y nuevas e incluso que tienen mayor capacidad para desempeñar un trabajo, no importa cuál sea. A esto se le puede sumar la gran competitividad que desde algunos años atrás implica asumir un cargo o simplemente encontrar un empleo.
Este fue el caso de César Augusto Puerta, quien nació en Anzoátegui un pueblo que está ubicado al Norte del departamento del Tolima, en el año 1959, bajo el seno de una familia de clase media y cien por ciento católica. Asistió al colegio toda su primaria y secundaria, ya que su papá solía decirle “hasta los más pobres deben estudiar si quieren salir de pobres”. Pues lo recuerda con amor ya que su padre murió un año antes de que él tomara posición del terreno que ahora es su parqueadero. Decidió estudiar publicidad en la sede de la Universidad del Tolima que se encuentra en el municipio de Anzoátegui, pues no quería estar lejos de su madre.
El administrador que es publicista
Por: Juanita León - Angie Reyes
Después de graduarse como profesional, inició su vida en la ciudad de Ibagué junto a su esposa Mary Luz y sus dos hijos. Desde el año 1994, hasta el año 2003 mediante contratos que él ejercía con empresas en la ciudad para trabajar como publicista. Estos nueve años en los que laboró, le trajeron experiencia, así como muchas anécdotas dignas de recordar, - “Una vez estaba pintando un anuncio, llegó un compañero a hacerme la charla, en esas me volteé a verlo, me hizo reír y la pintura que tenía en la mano se me regó en la cara y en todo el cuerpo, quedé completamente rojo, ya se pueden imaginar quien fue la burla durante un buen tiempo en la empresa”-, es lo que cuenta César mientras está cruzado de brazos y una sonrisa llena de nostalgia ilumina su cara.
Debido a la fuerte competencia de trabajo, la poca cantidad de dinero que ganaba y las nuevas exigencias de las empresas en las que debía tenar más experiencia o incluso una especialización, lo llevaron a dejar de lado la publicidad. Para hacerse cargo de este espacio que inicialmente funcionaba como un colegio. Sin embargo, a raíz de la ubicación este fue cerrado y César vio la oportunidad de abrir un parqueadero ya que es una zona muy comercial, con buen flujo vehicular y transeúnte, pues el sector se encuentra ubicado cerca del parque el centenario.
Esta historia continúa
Hace 21 años es administrador del parqueadero “El Club”, pero a su misma vez es un aficionado al ciclismo, que en sus días de descanso decide salir a montar bicicleta a las afueras de la ciudad de Ibagué, y a recorrido lugares como el Totumo, Boquerón e incluso ha llegado hasta el Espinal. Fue así como se dio cuenta de la gran cantidad de perros que habitan en las calles y siempre que hacia la misma rutina les llevaba alimento. Fue tal afecto que tuvo por uno de ellos que lo adoptó. Por esta razón decidió implementar sus conocimientos de publicista en su parqueadero “el club”, haciendo avisos en los que invita a las personas a adoptar y así proteger los perros que son de la calle.
“Una vez estaba pintando un anuncio, llegó un compañero a hacerme la charla, en esas me volteé a verlo, me hizo reír y la pintura que tenía en la mano se me regó en la cara y en todo el cuerpo, quedé completamente rojo, ya se pueden imaginar quien fue la burla durante un buen tiempo en la empresa”-
Una pequeña entrevista:
César cuenta que “mis conocimientos como publicista han sido de ayuda para mi negocio, porque la relaciono cuando veo la necesidad de ganarme unos pesitos de más, haciendo anuncios para empresas, anuncios para los locales de los vecinos, pegatinas para carros y mis anuncios para invitar a adoptar perros, que mis clientes me dicen que les haga un aviso para ellos ayudarme a difundir la información”.
Actualmente con 56 años, continúa su trabajo en el parqueadero como administrador y publicista, junto con sus tres mascotas, las cuales él adopto en unas de sus tantas salidas. A pesar de las dificultades que ha tenido en este lugar, se ha mantenido. Tanto es la admiración que su hijo Manolo tienen hacia su padre, que siguió sus pasos de ser un publicista profesional. Pese a conocer las dificultades de este oficio, decidió incursionar en esta ocupación porque desde pequeño ha sido creativo y constantemente está ideando cosas nuevas.
“Mis conocimientos como publicista han sido de ayuda para mi negocio, porque la relaciono cuando veo la necesidad de ganarme unos pesitos de más, haciendo anuncios para empresas, anuncios para los locales de los vecinos, pegatinas para carros y mis anuncios para invitar a adoptar perros, que mis clientes me dicen que les haga un aviso para ellos ayudarme a difundir la información”