El teatro me escogió
Por: Andrés Castro - Daniela Jaramillo
En el escenario de una pequeña sala de teatro con piso de madera y sillas averiadas, un hombre arma una especie de carpa con varas largas de metal y lona negra del mismo color que todo su atuendo. Luces amarillas ubicadas en sitios estratégicos lo iluminan a él y a su crespa cabellera amarrada en una cola de caballo. Un fuerte golpe, voces y risas interrumpen el silencio. La puerta de la sala se abre y más de veinte niños corren eufóricamente para saludar al Profe Nanky.
Nanky Castro es un ibaguereño de 50 años, que a simple vista aparenta mucho menos. Este hombre de voz afable y piel morena estudió Artes Escénicas con énfasis en Dirección Teatral en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en Bogotá. Actualmente se desempeña como docente en el Instituto de Educación a Distancia, IDEAD , de la Universidad del Tolima. Además dirige la escuela de teatro ‘El Juete’.
El proyecto personal de Nanky llamado ‘El Juete’ lo ha constituido como gestor cultural. La escuela tiene el fin de dar la oportunidad a niños y jóvenes de conocer y ejercer el bello arte del teatro de manera gratuita. De manera paralela genera difusión del arte escénico entre los ibaguereños y tolimenses del trabajo realizado con los aprendices. La escuela está ubicada en el barrio Ricaurte, al sur de la ciudad de Ibagué. El proyecto es financiado por entes gubernamentales locales y dentro del equipo de trabajo se encuentran otros dos maestros, Wilson Hernández y Jeimy Suárez.
El teatro además de ser inspiración y fuente de ingresos para Nanky, representa una pasión compartida por los miembros de su núcleo familiar. Jeimy Suárez es contadora profesional, maestra de teatro de ‘El Juete’ y esposa de Nanky. “Yo era la que le ayudaba a Nanky con el sonido, por eso estaba en los ensayos. De tanto escucharlos practicar me aprendía algunos diálogos. Una vez un personaje no pudo asistir a una presentación y yo lo reemplacé. Experiencias como esa hicieron que yo también me enamorara del teatro” comenta Suárez. Otra integrante de la familia amante del teatro es su pequeña y expresiva hija de nueve años. Ella asiste semanalmente a las clases que dictan sus padres y demuestra gran admiración por la labor de Nanky: “Yo pienso que el profe Nanky es muy talentoso y es muy buen papá”.
Esta historia continúa
Hace veintitrés años el teatro es parte fundamental de la vida de Nanky. “Yo no escogí el teatro, el teatro me escogió a mí”, responde cuando se le pregunta por el motivo de su inclinación hacia esta expresión artística. Castro explica que estudiaba Artes Plásticas en la Universidad del Tolima, y estaba interesado en la pintura. No obstante, afirma que poco a poco situaciones de su vida permitieron que se encontrara con el teatro y desde entonces disfruta todo lo referente a él. “Quien hace teatro es porque posee un talento innato que le genera un deseo impresionante por explorarlo. El teatro no sólo tiene que ver con actuar, hay mucho más detrás de ello, también se puede escribir obras, dirigir, estar a cargo de la escenografía, luces, sonido, entre otras cosas” asevera.
Para el actor, dramaturgo y director la transformación que ocasionan las artes en las personas es una experiencia única que se adapta a cada estilo de vida y se expresa en una gran sensibilidad y crítica frente a su realidad. Esto permite que el sujeto comience a comprenderse cada vez más profundamente a sí mismo, a su entorno y a su capacidad de crear mundos ideales alejados de los ya existentes e impuestos por la sociedad. Castro no sólo asegura ser un protagonista de la manera en que el arte llega a una vida para cambiarla por completo, sino también se ha encontrado en el rol del espectador durante años, siendo testigo de esta misma situación en sus estudiantes.
Laura, Alexandra, Luisa y María José, son algunas de las estudiantes de ‘El Juete’ que se unieron después de que Nanky visitó la institución educativa José Antonio Ricaurte , para invitar a jóvenes y niños del barrio a involucrarse con la escuela. A ellas las motivó el apoyo de sus padres, el hecho de que algunos conocidos se encontraban allí, la expectativa de conocer nuevas personas y la manera en que Nanky hablaba del teatro. Concluyen que lo que les gusta de hacer parte de la escuela es sentir nervios cuando actúan delante del público, y todas las enseñanzas que las obras les dejan, según ellas, tienen que ver generalmente con ser buenas personas, soñar y salir adelante. Jairo Andrés Cardona añade que “el profesor Nanky es bastante exigente lo cual es muy bueno porque hace que aprendamos muchísimo y que nos esforcemos por hacerlo cada vez mejor”
“Niños ya pueden ir a cambiarse” anuncia el profe Nanky a sus estudiantes más jóvenes que ansiosos corren por su vestuario al escenario
“El profesor Nanky es bastante exigente lo cual es muy bueno porque hace que aprendamos muchísimo y que nos esforcemos por hacerlo cada vez mejor”
Una pequeña entrevista:
Por su trabajo Nanky ha obtenido diversos reconocimientos y menciones. Recibió becas de creación teatral por las obras ‘La Prisión’ (1996), ‘Alienados’ (2012) y una adaptación de ‘El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’ (2007)Además para poner en términos cuantitativos su trayectoria, ha creado más de 20 espectáculos teatrales, como actor ha participado en 18 montajes, ha dirigido aproximadamente 25 montajes y ha ejercido la docencia por 17 años en diferentes instituciones del departamento.
“Niños ya pueden ir a cambiarse” anuncia el profe Nanky a sus estudiantes más jóvenes que ansiosos corren por su vestuario al escenario. Luces, sonido y escenografía ya están listos para la llegada del público infantil que presenciará la obra Pandora. En unos minutos la sala teatral de la Escuela de Formación Artística y Cultural EFAC, ubicada por la calle décima, una cuadra después del parque Centenario, será el lugar en el que se alimentarán los sueños y las esperanzas de jóvenes actores, y en el que pequeños niños de diferentes instituciones educativas serán cautivados por la magia del teatro, así como alguna vez ocurrió con Nanky.